El trabajo propone reflexionar sobre la construcción de la ciudad y el concepto de plaza, renunciando a sus aspectos monumentales y representativos, y definiéndola a través del uso de la voz para designar espacios de escucha mutua. Así, a partir de ejercicios de medición sonora y mapeo con trabajadores y transeúntes habituales de la Macroplaza de Monterrey, se definieron áreas dentro de la plaza en las que (como sucede en comunidades alejadas de los centros urbanos, pero también, como sugieren algunos tratados de urbanismo que aluden al concepto de ciudad ideal), es posible establecer comunicación oral de borde a borde. La escultura colocada frente al Teatro de la Ciudad hace un guiño a las maquetas que normalmente se colocan en los sitios turísticos, pero invierte la representación realista y explota la reducción del espacio de la Macroplaza para visualizar las zonas de escucha, señaladas como cráteres o foros que permiten la interacción corporal del visitante con la obra. 

Este proyecto se realizó como parte de la exposición «Habitar de otras formas» curada por Abril Zales y Rubén Gutiérrez para el Festival de Arte Público de Monterrey en 2021.